Durante el embarazo surgen muchas dudas y preguntas, algunas de ellas relacionadas con la comida. Y es que es una etapa de la vida en la que comer bien, sano y saludable ha de ser una máxima.La buena alimentación en el embarazo, dará el suficiente aporte de energía a la embarazada y ayudará a que el bebé crezca y se desarrolle sin correctamente.
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Durante el embarazo surgen muchas dudas y preguntas, algunas de ellas relacionadas con la comida. Y es que es una etapa de la vida en la que comer bien, sano y saludable ha de ser una máxima.La buena alimentación en el embarazo, dará el suficiente aporte de energía a la embarazada y ayudará a que el bebé crezca y se desarrolle sin correctamente.
Chocolates, panqueques con sirope, frutas con leche condensada, helado de limón, frituras, tartas horneadas brillantes y deliciosas. ¿Se te antoja? A muchas personas seguro lo hará, pero estoy aún más segura que las mujeres encintas dirán & 39;¡Mmm!& 39; y probablemente se les hará agua la boca. Los antojos en el embarazo son de lo más comunes, y no está mal satisfacerlos, pero siempre hay que hacer con consciencia saludable.
Durante el embarazo son numerosísimas las precauciones y limitaciones que la mujer tiene que hacer con su dieta, lo cual puede hacer la comida poco llevadera, eso sin olvidar las frecuentes nauseas, vómitos y aversiones que el embarazo conlleva. Muchas de las recomendaciones han pasado de madres a hijas durante generaciones sin tener base científica que las apoye.
Cada grupo de alimentos por sí solo es incapaz de proporcionar todo lo que organismo necesita y menos en una etapa tan delicada como es el embarazo. Por este motivo, es esencial comer de todo y elegir entre una amplia variedad de alimentos para construir una dieta sana y equilibrada.Para lograr un buen equilibrio nutricional, que proporcione al bebé todo lo que necesita para su desarrollo, incluye en tu dieta alimentos de los principales grupos, de manera que los hidratos de carbono supongan el 35 por ciento de las calorías ingeridas, las grasas el 30 por ciento o menos y las proteínas el otro 30 por ciento restante.
Educar el gusto y el paladar de nuestros hijos de manera temprana es una herramienta que nos puede permitir conseguir resultados beneficiosos no solo a la hora de introducir y establecer la alimentación complementaria, sino también de cara a la actitud del pequeño frente a nuevos alimentos en la infancia, la adolescencia e incluso en la edad adulta.