¿Crees que se puede decir no a los niños de forma positiva?, ¿Decirles no sin pronunciar el NO? Te demostraré que, no sólo es posible, sino que además se obtienen más y mejores resultados en los niños.Si la palabra NO forma parte de tu vocabulario diario, si crees que en un día se la has dicho a tus hijos más de 20 veces y, si ahora son tus hijos los que constantemente dicen NO.
Categoría Lu00edmites - Disciplina
Establecer normas y poner límites a los niños de 4 años es una de las funciones que como padres debemos seguir poniendo en práctica día tras día. Siempre con paciencia y desde el afecto y amor incondicional. Porque si algo necesita un niño más allá del amor de sus padres es saber hasta dónde puede llegar.
Ahora que nuestro niño ha alcanzado la maravillosa edad de cinco años hay nuevas formas de manejar la disciplina y los límites que cuando tenía dos o tres, ya que ha alcanzado nuevas pautas de desarrollo a nivel motor, cognitivo, de lenguaje, socialización e independencia. Sin embargo, poner límites y normas a los niños de 5 años tampoco resulta un camino de rosas; de hecho, en ocasiones resulta desesperante.
El tema de poner límites y normas es quizá uno de los más trascendentes en la crianza de un niño. Para lograrlo exitosamente, es indispensable conocer las características de la etapa de desarrollo en que está nuestro hijo y así saber qué acciones pueden tener un impacto real en él y qué respuestas podemos esperar, ya que cada etapa de desarrollo implica nuevas habilidades y destrezas en el área de lenguaje, cognición, motricidad, socialización e independencia.
Una de las funciones más importantes que tenemos como padres es la de enseñar a nuestros hijos a seguir ciertas normas y respetar determinados límite. Esto nos ayudan a todos a vivir mejor, proporcionándonos seguridad, estabilidad y confianza en nosotros mismos y en los demás. Nos gusten más o nos gusten menos, lo cierto es que nos ayudan a convivir con el resto de personas que tenemos alrededor.
Ser padres y educar a los niños no es fácil. Cada pequeño es un mundo y es complicado saber qué es lo que necesita en cada momento. Será normal que surjan dudas y que los progenitores se pregunten si lo están haciendo bien o mal. De hecho, hacerse esta pregunta es uno de los miedos más recurrentes de los padres que son primerizos.
El tema de los límites suele llevar al debate y a la controversia en el campo de la educación. Cuando se habla de este tema entran en juego nuestras creencias sobre los propios límites y su beneficio, aunque también estamos condicionados por nuestras experiencias como hijos e hijas que fuimos e, incluso, solemos tener en cuenta experiencias cercanas de, por ejemplo, intentos fallidos en cuestión de poner límites.
Si pronto vas a ser padre o madre, es importante que tengas claras ciertas pautas educativas a seguir para la educación de tu hijo. Serán muchas las situaciones que se te presentarán y no sabrás qué hacer, por ello, es importante que le des una pensada a esta pautas que puedes adaptar a tu lenguaje y/o creencias.
¿Debemos negociar las normas y los límites con los niños y los adolescentes o somos los padres quienes debemos dictarlos? Esta es una pregunta en la que difícilmente lograremos consenso… A los padres de hoy se les acusa frecuentemente de ser demasiado blandos en cuanto a normas y límites, dejando que sus hijos no sepan lo que es la frustración y que se vuelvan intolerantes y demandantes.
Uno de nuestros principales objetivos como padres es lograr establecer límites claros con nuestros hijos, que les permitan entender lo que es aceptable y lo que no, que les ayuden a esforzarse por lo que desean, a regular su conducta en los diferentes ambientes en que se mueven, a desarrollar valores y a establecer relaciones sociales positivas con adultos y pares.
¿Crees que se puede decir no a los niños de forma positiva?, ¿Decirles no sin pronunciar el NO? Te demostraré que, no sólo es posible, sino que además se obtienen más y mejores resultados en los niños.Si la palabra NO forma parte de tu vocabulario diario, si crees que en un día se la has dicho a tus hijos más de 20 veces y, si ahora son tus hijos los que constantemente dicen NO.